Ejército, conflicto social y orden interno en la Argentina de comienzos del siglo XX

Resumo

Este trabajo reflexiona sobre el problema mayor de la relación entre Ejército y seguridad interior, y lo hace a partir del análisis de las representaciones militares sobre los conflictos sociales y obreros en la década de 1920 en la Argentina. Para ello se estudian las revistas del Círculo Militar dirigidas a distintos ámbitos del Ejército. Con ello se pretende, en primer lugar, arrojar luz sobre períodos escasamente conocidos de la historia militar argentina, que suele concentrarse en la década de 1930 en adelante, cuando las Fuerzas Armadas –y el Ejército especialmente- adquirieron un rol pretoriano sobre el sistema político. La década del veinte del pasado siglo ha sido particularmente poco estudiada para esta cuestión y se ha hecho foco casi exclusivo en las tensiones corporativas con la presidencia radical de Hipólito Yrigoyen. En segundo lugar, se busca aportar a la discusión mayor sobre la relación entre el Ejército y la intervención en conflictos internos considerados como amenazas al orden social en la Argentina. Esta cuestión ha sido profusamente abordada en relación con la apropiación castrense de la “doctrina de la seguridad nacional” y la construcción de enemigos internos a partir de la segunda parte del siglo XX, bajo la influencia de la Guerra Fría y los conflictos locales en torno al peronismo. No obstante, aquí se presentan algunos elementos que obligan a repensar esas periodizaciones.

Con estos objetivos el trabajo analiza las revistas del Círculo Militar –la Revista Militar, la Revista del Suboficial y El Soldado Argentino- publicadas entre 1919 y 1930. Se estudian las representaciones sobre la conflictividad social, que en general concernía a los sectores obreros e inmigrantes, y el rol del Ejército. El análisis muestra un nacionalismo exacerbado al servicio de un pensamiento anticomunista y antianarquista que considera los conflictos sociales como amenazas al orden interno y, por tanto, al orden nacional. Frente a esos procesos de “desorden” social, el Ejército, y por extensión las Fuerzas Armadas, se presentan como garantes del orden y columna de la defensa nacional. Ello legitimó la intervención militar en tareas de disciplinamiento social interno, en la misma medida en que se defendía una posición prescindente frente a otro tipo de conflictos políticos internos.